Vamos a conocer algo sobre la espiritualidad estigmatina. Espiritualidad es el modo como una persona se relaciona con Dios. San Gaspar Bertoni tenía un modo muy bonito y eficiente para alimentar su fe.
Para este santo, el Sacramento de la Eucaristía era un lugar privilegiado para encontrar a Jesucristo y sus hermanos, escuchar y meditar la Palabra de Dios, y alimentarse del pan y vino consagrados.
Los biógrafos de San Gaspar Bertoni cuentan que muchas veces él lloró mientras presidía la Eucaristía.
La Palabra de Dios ciertamente era el libro más leído y meditado por San Gaspar Bertoni. Siempre tenía un versículo bíblico para iluminar las situaciones de la vida. Por eso, era un excelente predicador de retiros para seminaristas y sacerdotes.
San Gaspar Bertoni tenía una bonita devoción a los Santos Esposos María y José. Ellos eran modelo de intimidad y fidelidad a Dios para este santo. Incluso él confió la congregación estigmatina que fundó al cuidado de los Santos Esposos.
Sabemos que San Gaspar sufrió mucho con una grave enfermedad en su rodilla, en un tiempo en que los conocimientos de la medicina eran muy precarios.
Por eso, San Gaspar Bertoni desarrolló una profunda devoción a Jesucristo crucificado y, sobre todo, a sus llagas. Él sentía que el propio Jesús crucificado le consolaba en sus dolores.
Él comprendía la enfermedad no como un castigo de Dios, sino como una oportunidad para testimoniar la fe y experimentar el amor consolador de Dios.
Cuando algunos miembros de la recién fundada congregación estigmatina murieron o abandonaron su compromiso, así mismo San Gaspar Bertoni confiaba totalmente en la divina providencia. Los estigmatinos llamamos esta virtud de “Santo Abandono en las manos de Dios”.
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